Él se dio la vuelta y le sonrió.
No era una sonrisa amplia,
sin embargo tenía cierta
alegría en ella. —Las reinas
siempre deben sonreír, no
importa cuan destrozado
estén las esperanzas, no
importa cuan perdida este la
situación, la sonrisa de una
reina siempre le llevará
confianza a su pueblo y a sus
soldados, quienes sentirán
más valor para defender su
tierra o morir en el intento.
Las reinas no lloran, Orihime,
las reinas gritan su apoyo a
sus soldados con la sonrisa.
Esa es la recompensa por
todas las muertes y heridas.
Las reinas comandan sus
ejércitos y contribuyen a que
su pueblo sobreviva a...
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